2016.08 De Cali a San Agustín por el PNN Puracé.

Plan de Viaje.

Departamentos: Valle del Cauca, Cauca y Huila.

607 km.  4 peajes (Villa Rica $7.600 COP y Tunía $7.600 COP) .

Día 1.

• De Cali a San Agustín   (268 Km).
• Noche de  observación astronómica y fotografía de la luna.

Día 2.

• Parque Arqueológico San Agustín.
• Estrecho del Magdalena.
• Museo de Obando.

Día 3.

• Parque Arqueológico del Alto de los Ídolos.
• Regreso a Cali.

De Cali a San Agustín.

Salimos de Cali a las 10 a.m. hacia el sur rumbo a Popayán por la Panamericana (Ruta troncal 25); ya en la capital del Cauca nos dirigimos hacia Coconuco por la ruta transversal 20 (27,1km); la carretera de Popayán a Coconuco esta totalmente pavimentada. En Coconuco, poblado conocido por sus fuentes de aguas termales, hicimos una parada para el baño y algo de hidratación y seguimos camino siendo las 2 p.m. buscando Paletara Puracé (a 20,2 km), último poblado antes de entrar al Parque Natural Nacional Puracé.  Entre Coconuco a Paletara hay 5 km destapados y el resto de la vía esta pavimentada.

Vía de Popayán a Paletara Puracé

Después de Paletara Puracé empieza el páramo, los cultivos de papá y el valle de los Frailejones. La carretera no esta pavimentada  a su paso por el PNN Puracé pero es transitable inclusive para automóviles pequeños, sin embargo hay que asegurarse que el vehículo se encuentra en óptimas condiciones mecánicas y con gasolina y llanta de repuesto en buen estado ya que hasta San José de Isnos en el Huila (a 67 km) no se encuentra absolutamente nada si se llega a tener alguna novedad en la vía.

Límite entre Cauca y Huila en la ruta transversal 20. 

Ni siquiera hay avisos que indiquen donde se está o cuanto falta para volver a encontrar un poblado por lo que es recomendable llevar GPS. A nosotros nos llovió ligeramente durante todo el camino durante la ida por el PNN Puracé y nos encontramos con muy pocos vehículos durante el tiempo que nos tomo atravesarlo. Solo vimos a unos uniformados motorizados resguardándose de la lluvia a un lado de la carretera bajo unos árboles quienes nos indicaron que nos faltaba siempre tramo de destapado y que a partir del Km 82 volveríamos a encontrar asfalto, lo cual fue así.

 

Ya entradas las 5:30 pm llegamos a San José de Isnos, donde  nos detuvimos a comer en un restaurante de su plaza principal.

 Iglesia de San José de Isnos. Huila.

Desde allí hay 23 km para llegar a San Agustín donde buscamos donde quedarnos; hay una variada oferta de hoteles, hostales, fincas y  zonas de camping para todos los gustos y presupuestos, nosotros nos alojamos en las Cabañas Gamcelat en la vía al parque Arqueológico donde fuimos muy bien atendidos. Inclusive compartimos el mismo interés por la astronomía con los dueños, quienes tienen un telescopio desde donde mis hijos vieron la luna con detalle mientras yo le tomaba fotos y trataba de fotografiar el firmamento (aún necesito práctica y tiempo para esa foto).

Mi foto de la luna el 18 de agosto desde San Agustín, Huila.

Parque Arqueológico San Agustín.

Al día siguiente, después de desayunar, nos dirigimos hasta el Parque Arqueológico donde encontramos no solo conocimiento sobre nuestros antepasados y sus costumbres y rituales funerarios sino también interesantes motivos para fotografiar.

El estrecho del Magdalena.

Nuestro río principal, a 65 km de su nacimiento en la laguna de la Magdalena, se ve obligado a cruzar un cañón rocoso pasando de 15 mts a solo 2,2 mts de ancho. Pensar que este mismo río al desembocar en el Atlántico en Bocas de Ceniza mide más de 1 km de ancho y ha recorrido 1.540 kms.

Museo de Obando.

En la plaza de Obando esta su museo arqueológico donde se pueden ver varias tumbas subterráneas y un pequeño guía con un gran conocimiento como Jefrey, nuestro guía en esta ocasión, les explicará las diversas etapas en la que se divide la cultura agustiniana y sus principales características y legado.

 

Parque Arqueológico Alto de los ídolos.

Esta ubicado en Isnos, en una montaña excavada en forma de herradura, se observan vestigios arqueológicos que representan figuras humanas y de animales. Se estima que estos monumentos fueron hechos por la misma sociedad que habitó San Agustín.

También nos encontramos con  una exposición fotográfica del trabajo etnográfico llevado a cabo entre 1945 y 1946 por los expedicionarios Milcíades Chavez y Juan Friede en las comunidades indígenas de los Kofanes, Siones e Inganos

El Regreso, el Valle de los Frailejones.

Regresando a Cali apenas acababa la carretera pavimentada e ingresábamos al PNN Puracé un pequeño roedor nos hizo frenar en seco, dar reversa un par de metros y descender todos del vehículo a mirar como atravesaba sin prisa la carretera, aunque en la vía si hay frecuentes avisos de que es zona de paso de dantas, osos de anteojos y otros animales propios de ese hábitat, no pudimos proseguir nuestro camino hasta no asegurarnos de que saliera de la vía ya que por lo pequeño los pocos vehículos que circulan por la misma lo podrían haber atropellado sin darse cuenta de su presencia.

Valle de los Frailejones.

De guía turistica de Puracé – Coconuco: «Se encuentra entre los sectores de San Rafael y San Juan, y desde la vía se puede apreciar esta exótica especie que agrupada logra atraer la atención de los visitantes. Es un hermoso paisaje de visuales panorámicas, en donde se puede observar la conjugada belleza de las suaves colinas y el valle con la quietud pétrea de los frailejones, en este lugar se combina armónicamente el resplandor de la luz solar sobre la vegetación cobertora de páramo con sus tonos café verdosos casi amarillos y verdes profundos, de donde emergen sutilmente los frailejones con sus delicadas inflorescencias amarillas, convirtiéndose en un paraje tranquilo donde reina un silencio natural y una inmensa sensación de paz. Los frailejones, hermosas estructuras vegetales que parecen fantasmas amigos cuando la niebla, novia eterna de los páramos los envuelve. Sus grandes rosetones florales amarillos son de un colorido impresionante. Un páramo, en época de floración de sus frailejones, es verdaderamente celestial.” (Andrés Hurtado García)»