Dicen los fotógrafos que saben que se debería llevar la cámara con uno en todo momento ya que no se sabe cuándo tendremos al frente una escena que merezca ser inmortalizada. Yo en los vuelos suelo escoger ventana y llevar alguna cámara a la mano (así sea solo la de celular) aunque el día este nublado. En un vuelo el mes pasado de Cali a Bogotá, con un tapete blanco abajo por la extensa nubosidad que había que casi no dejo ver la tierrita tomé estas dos fotos que quiero compartir hoy con todos ustedes.
La primera es el avión negándose a dejarse ganar por el atardecer, como rompiendo la oscuridad, mientras abajo descansa el Lago Calima.
La segunda es una formación de nubes que me llamó la atención. La nombré la torre en las nubes, tal vez la morada en el cielo de algún dios mitológico.
¿Qué te parecen?